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Diego Fernández De Cevallos, en su bitácora de la resistencia, comentó que algo bueno y seguro vendrá al término de esta campaña, pondrá fin a 52 millones de spots de los partidos políticos que saturaron a la población y muchos de ellos de mala factura, cargados de promesas fantásticas para atrapar incautos. También pasará para la historia sean cuales fueren los resultados, una elección de estado con derroche ilimitado de recursos públicos y en la que los candidatos oficialistas tuvieron como jefe de campaña principal matraquero, al huésped de Palacio Nacional. De nada sirvieron las 30 resoluciones de las autoridades electorales que condenaron el proceder presidencial que violó la ley.