La policía, alertada por un transeúnte a primera hora de la mañana, se apoderó de la bandera y lanzó el sábado una llamada a testigos para localizar a los autores del delito. La bandera arco iris, que evoca la paz y la diversidad LGBT, ya había sido robada varias veces en el pasado en la estación de esta ciudad de más de 60 mil habitantes de la antigua RDA comunista, situada al norte de Berlín.
«Con la puesta en escena pública de símbolos y signos de extrema derecha, se alcanza una nueva dimensión en la glorificación de la ideología inhumana del nacionalsocialismo», subrayó la ciudad en un comunicado. «No se trata de una tontería o de una broma de jóvenes», prosiguió, y consideró que los autores deberán ser identificados y castigados por las autoridades «con toda la severidad requerida por la ley».
Se abrió una investigación por utilización de símbolos contrarios a la Constitución, delito que puede castigarse con penas de hasta tres años de prisión. La ley alemana prohíbe formalmente el uso de eslóganes de la época nazi o la exhibición pública de esvásticas u otros símbolos del Tercer Reich.