Mario Ávila
La voz de los estados
La semana pasada se registró un hecho más que exhibe la descomposición social en nuestro país.
Imágenes de niños armados irrumpieron en medios de comunicación y redes sociales.
Estos hechos se registraron en Chilapa, en el estado de Guerrero en donde Integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores, optaron por organizar grupos de niños que van de los 6 a los 16 años de edad.
Las declaraciones llegaron en cascada y de todos los órdenes de gobierno, sin embargo, el fondo del asunto es cuestionarse, primero, hasta dónde se ha llegado como sociedad.
Hay antecedentes de estas formas que violentan y acaban con los infantes, son los sicarios. Por décadas el narcotráfico ha empleado a menores de edad para tareas de todo tipo favoreciéndose de su condición jurídica.
En este caso se trata de guardias comunitarias de las que no se sabe, bien a bien qué motivaciones y fines tienen.