El partido «Comunistas de Rusia» exigió este jueves abrir un caso penal contra los creadores de la popular miniserie «Chernobyl» y prohibirles la entrada en Rusia por «demonizar» al régimen soviético y a la población.
Si tenemos sentimiento de dignidad como pueblo y como Estado, Rusia debe responder a los creadores de la semejante serie», indicó en un comunicado Serguéi Malinkóvich, uno de los dirigentes de la formación política.
Según el diputado, «hay que incoar causas penales contra el director, el guionista y el productor ejecutivo de la serie por calumnias públicas».
En la serie «Chernobyl», una auténtica tragedia se ha convertido en objeto de manipulación ideológica por parte de la cadena HBO. La serie de televisión sobre los dramáticos acontecimientos de abril de 1986 es una herramienta ideológica diseñada para desprestigiar y demonizar la imagen de los dirigentes y del pueblo soviético», señala la nota.
Malinkóvich reconoce que la detención de los responsables de la serie es una tarea difícil de cumplir, por lo que sugiere también «prohibirles la entrada en Rusia» y esperar a que algún país, como «Cuba y China» los detenga y extradite a este país.
Los comunistas ya han enviado las respectivas solicitudes al Ministerio de Interior y el regulador de medios de comunicación Roskomnadzor, señaló.
Estos señores deben comprender que se han convertido en enemigos acérrimos de Rusia», concluye el diputado.
El ministro de Cultura de Rusia, Vladímir Medinski, comentó previamente la serie de HBO sobre la catástrofe nuclear en Chernóbil, y aseguró que su realización ha sido «magistral» al tiempo que destacó el «respeto» mostrado por los creadores hacia la «gesta de la gente de a pie».
Creíamos que sería peor», aseveró.
Con todo, Medinski indicó que, aunque «Chernobyl» se acerca bastante a la verdad, algunas situaciones no se corresponden con la realidad, como, por ejemplo, la ausencia de dosímetros en la central nuclear.
Adelantó asimismo que Rusia también prepara dos «grandes proyectos» cinematográficos sobre el accidente.
Fuente: Excélsior