A un costado del Paradero Santa Martha, el transporte público es el causante de los embudos viales que se generan día a día en la frontera con el Estado de México.
Sobre la Carretera Federal México-Texcoco, pasando el Puente de La Concordia, microbuses y camiones de la Ruta 14 se atraviesan en diagonal, en medio de la avenida, para esperar pasaje y ocupan hasta tres carriles, en dirección a la Ciudad de México.
A lado del caos vehicular, el Paradero de Santa Martha luce a menos de la mitad de su capacidad, tanto en unidades de transporte como en usuarios, ajenos al desorden de afuera.
En una parte de los carriles que van en dirección a la entidad mexiquense, la movilidad se complica aún más.
Las Rutas 98 y 83 hacen base hasta en doble carril para trasladarse a los municipios de Ixtapaluca, Chapingo y San Vicente Chicoloapan.
A ellos se suman los conductores de la Ruta 14 quienes, a su regreso, bajan pasaje en doble y hasta triple fila, antes de estacionarse en un terreno ubicado junto al puente.
Además, en esa misma dirección, entran tráileres y vehículos de carga, que vienen de la Autopista Federal México-Puebla en dirección al Estado de México.
«Es tierra de nadie, no hay policías y, cuando hay, dicen que no pueden hacer mucho; los del Estado que porque es parte de la Ciudad, los de la Ciudad que porque es parte del Estado», lamentó el vecino Marcos Nochez.
No hay hora pico para el cuello de botella, pues éste termina cada vez que las combis y camiones empiezan a moverse, es decir, cuando han cargado pasaje.
Sólo entonces los coches avanzan, ya sea por la avenida, subiendo a la Autopista o dirigiéndose a la Capital.
Fuente: Reforma