Mario Ávila
La voz de los Estados
Hace tiempo tuve el gusto de entrevistar, en varias ocasiones, a Luis Miguel Barbosa, siempre consideré como un buen político.
La primera vez que esta concepción se modificó fue en diciembre del 2016 cuando, durante una posada de los miembros del senado, le mentó la madre al -entonces- presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump.
Y ahora por la posición adoptada ante el fallo del Tribunal Electoral.
El proceso del pasado 1 de julio fue el más grande en la historia democrática del país; Presidente, diputados, senadores, nueve gubernaturas y miles de alcaldías.
En todo ese universo de puestos de elección popular, Morena, partido al que pertenece ahora, obtuvo la mayoría de las posiciones, incluida la presidencia del país, cuatro de las nueve gubernaturas y la jefatura de gobierno de la capital, como se dice, carro completo.
Por eso me llama la atención el discurso de Barbosa y la lógica que plantea implícitamente; victorias legales y derrotas ilegales.