Recibidos 98 mil 854 votos de mexicanos residentes en el extranjero

En conferencia de prensa el consejero Enrique Andrade González explicó que, a partir de las 17:30 horas, se establecerán 263 mesas de casilla en el Tec de Monterrey con funcionarios vecinos de la delegaciones Tlalpan, Tláhuac y Xochimilco, y a partir de las 18:00 horas estarán contabilizando los votos

Expuso que el traslado de esos votos se hará a partir de las 8:00 horas el 1 de julio en camionetas del INE resguardadas por la Secretaría de Marina. Apuntó que, del total, 77 por ciento es de residentes mexicanos en Estados Unidos.

Asimismo, de los 98 mil 854 sólo 60 fueron residentes mexicanos en Rusia, y debido al modelo electoral los connacionales turistas por motivo del Mundial de Fútbol que se encuentran en esa nación, incluso los propios integrantes de la selección, no podrán votar este domingo.

Indicó que en 2012 se recibieron en total 40 mil votos de mexicanos residentes en países de todo el mundo, lo que significa que se incrementó de manera muy importante el número de sufragios de connacionales, pero aún el reto es mayor.

Andrade González destacó por ello la importancia de que estos mexicanos tengan confianza en que sus votos son contados, que no hay ningún riesgo de enviarlos desde el extranjero e incentivar la participación política de quienes viven allá.

Reconoció que habría que revisar de qué forma es más sencillo, pero sobre todo vencer los tramos de desconfianza que persisten entre esos connacionales.

Comentó que el voto desde el extranjero vía postal representó una erogación de 280 millones de pesos, lo que significa un valor de dos mil 500 pesos por cada uno de ellos, es decir un monto menor pues en 2015 costó en tres mil pesos y en 2006 alcanzó ocho mil pesos.

Señaló que la forma en que ese voto habrá influido en la elección se verá hasta que se termine el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), pero el resultado de los ciudadanos mexicanos residentes en el extranjero es de los primeros que se podrá ver en las pantallas.

Fuente: La Razón